Durante el trayecto en autobús estábamos impacientes y emocionad@s y preguntábamos a cada momento a Susi y a Eme cuanto quedaba para llegar. Nada más bajar almorzamos en el patio de armas, porque estábamos hambrientos del viaje.
Y entonces empezó la aventura, nos contó el señor del castillo que un dragón había venido y había escondido las llaves y no podían entrar a ninguna estancia. Nosotros prometimos ayudarle...
Encontramos todas las llaves y las ordenamos todas las laves de la granja juntas, la torre del homenaje, la muralla, la mazmorra, las habitaciones de la familia real, el cuarto de armas... en fin todas y cada una de ellas.
Como estaba tan agradecido por nuestra hazaña, el señor del castillo accedió a enseñarnos sus armas, tenía de todo arcos, ballestas, lanzas, escudos, yelmos. Nos quedamos anonadados. Impresionante!!!
Por último, hicimos coronas con cartulina y gomets como recuerdo de nuestra estancia. Fue una visita muy emocionante, aprendimos mucho y nos divertimos más!!
De vuelta a casa estábamos tan cansad@s de nuestra aventura medieval que caímos rendidos soñando con príncipes, princesas y batallas...
Una gran experiencia, los peques encantados!
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